Tercer Capítulo Lover Unleashed

Para Chantal, que me pidió más traducción de Lover Unleashed. ¿cuando tendremos nuestro libro en español? T_T La espera parece eterna, pero ¡como me baja el amor por Manny! hahaha
Si hay desperfectos, luego los arreglo, me dio un hambre del demonio :P

Tres

A veces la única manera de saber lo lejos que habías llegado era regresar a donde una vez habías estado.
Mientras Jane Whitcomb, MD, entraba en el complejo del Hospital St. Francis, fue llevada de vuelta a su vida anterior . En cierto sentido, sólo fue un corto viaje- de sólo un año, en que ella había sido el jefe de trauma de servicio aquí, viviendo en un piso lleno de cosas de sus padres, invirtiendo veinte horas al día, corriendo la sala de emergencia y las RUP.
Ya no era así.
Una pista segura era que el cambio había llegado a-golpe -golpe- golpe- seguro fue la forma en que entró en el edificio de cirugía. No había razón para preocuparse por las puertas giratorias. O las que empujabas hacia el vestíbulo.
Ella caminó a través de las paredes de cristal y pasó a los guardias de seguridad en el check-in sin que siquiera la notaran.
Los fantasmas eran buenos en ese sentido.

Desde que había sido transformada, podía ir a lugares y meterse en cosas sin que nadie tuviese una pista de que estaba cerca. Pero también podría llegar a ser tan corpórea como el que más, al tiempo que podía convertirse a sí misma en un sólido a su voluntad. En una forma, era completo éter, en la otra, era tan humana como alguna vez había sido capaz de comer, amar y vivir.
Esto era una gran ventaja en su trabajo como cirujano privado de la Hermandad. Al igual que ahora; por ejemplo, ¿Cómo demonios iba a ser más capaz de infiltrarse en el mundo de los humanos, otra vez, con un mínimo de esfuerzo?

De prisa, a lo largo del suelo de piedra pulimentada del vestíbulo, se fue más allá de la pared de mármol que tenía inscritos los nombres de los benefactores, y se encaminó a su paso entre la multitud de personas. En este lugar y entre la congestión, se enfrentó a muchos rostros familiares, desde el personal de administración a los médicos, a las enfermeras con las que había trabajado por años.
Incluso los pacientes y sus familias, eran anónimos y sin embargo, tan íntimos para ella, en algún nivel, las máscaras de la pena y la preocupación eran las mismas sin importar en qué rasgos faciales estuvieran adheridas.
Mientras se dirigía a las escaleras de atrás, estaba a la caza de su ex jefe. Y, Cristo, ella
casi tuvo ganas de reír. A través de todos sus años de trabajo conjunto, que había venido a Manny Manello con una variedad de OMGs, pero esto era como el principio de cualquier cacharro Multicar, accidente aéreo, o colapso en una construcción.
En su conjunto.
Flotando a través de una salida de emergencia de metal, subió a la escalera trasera, sus pies no tocaban los pasos, sino que flotaban por encima de ellos mientras ella subía sin esfuerzo.
Tenía que hacer el trabajo. Tenía que llegar a Manny, para que entrara a cuidar la lesión de la espina espinal. Periodo.
No había otras opciones, nicontingencias , ni izquierdas o derechas en este camino. Esto era el pase Ave María ... y no había de otra más que rezar para que el receptor en la zona de anotación cogiera la mierda de fútbol.
Lo bueno era que ella se desempeñaba bien bajo presión. Y que el hombre que buscaba lo conocía como a la palma de su mano.
Manny podría aceptar el reto. A pesar de que esto iba a carecer de sentido en muchos niveles, y probablemente él quedaría lívido al ver que ella aún estaba "viva", sería incapaz de alejarse de un paciente que lo necesitara. Simplemente, no estaba en su cableado.
En el décimo piso, ella atravesó a través de otra puerta de fuego y entró en las oficinas administrativas del departamento de cirugía. El lugar estaba equipado como un bufete de abogados, todo oscuro y sombrío y rico- observó. Tenía sentido. La cirugía era un centro de ingresos enorme para cualquier hospital de enseñanza, y poseía mucho dinero para gastar en reclutar, mantener, y ofrecer una casa con de flores de invernáculo, brillantes, para la gente con una carrera ascendente. Entre el juego de escalpelo fijado en San Francisco, Manny Manello estaba en la parte alta del montón, el jefe no poseía solamente una sub-especialidad, como ella había tenido, sino el equipo entero y medio lleno. Esto significaba que él era una estrella de cine, un sargento, y el presidente de los Estados Unidos, todos enrollados en un seis pies de alto, un hijo de puta bien dotado. Él tenía un temperamento terrible, un intelecto impresionante, y un fusible que era de apróximadamente, un milímetro de largo.
En un buen día.
Y era una verdadera joya.
El hombre era el pan y la mantequilla, siempre había tenido el perfil de un atleta profesional, y con su conjunto de rodillas, caderas y hombros, de seguro habría hecho carrera en el fútbol, béisbol o como jugador de Hockey. Pero él tenía mucha experiencia con la columna vertebral, y aunque un neurocirujano también sería bueno, teniendo en cuenta lo que los escaners de Payne habían mostrado, se trataba de un problema ortopédico: Si la médula espinal era cortada, ningún neuro iba a ayudarle. La ciencia médica no había llegado tan lejos.
A medida que rodeaba la esquina del escritorio de la recepcionista, tuvo que detenerse. Más a la izquierda estaba su antigua oficina, el lugar donde había pasado incontables horas empujando papeles y haciendo consultas con Manny y el resto del equipo. En la placa de identificación en la puerta ahora se leía, THOMAS Goldberg, MD, JEFE DE CIRUGÍA DE TRAUMA.
Goldberg había sido una excelente elección.
Por alguna razón, aún le dolía ver la nueva señal .
Pero vamos. ¡Como si ella esperara que Manny hubiese preservado su escritorio y la oficina como un monumento en su honor!
La vida siguió. La suya. La de él. La del hospital.
Pateándose el culo, se dirigió por el pasillo alfombrado, jugueteando con su bata blanca y la pluma en el bolsillo y el teléfono celular que ella no había tenido motivos para utilizar.
No había tiempo para explicar su rutina o engatusar a Manny de vuelta-a-los-muertos o de ayudarle a través de la cogida mente lo que estaba a punto de entregar. Y no tenía más remedio que llegar de alguna manera para que él se fuera con ella.
Delante de su puerta cerrada, se preparó y luego, marchó a través de la derecha.
Él no estaba detrás de su escritorio. O en la mesa de conferencias en la alcoba.
Hizo una rápida comprobación de su baño privado ... tampoco estaba ahí, y no había humedad en el cristal de las puertas, o toallas húmedas alrededor del fregadero.
De vuelta en la oficina correspondiente, inhaló profundamente ... y el olorse desvaneció, su loción de afeitar, persistente en el aire, le hizo tragar saliva.
Dios, lo echaba de menos.
Sacudiendo la cabeza, se dio la vuelta hacia su escritorio y miró por encima del alboroto. Archivos de pacientes, las pilas de memos entre departamentos, los informes de la Evaluación de Atención al Paciente y el Comité de Calidad.Fue justo después de las cinco de la tarde del sábado, habría esperado a encontrarlo aquí: Las cursos facultativos no se hacían los fines de semana, a no ser que él estuviera de guardia y o tratando con un caso de trauma, debería haber estado aparcado detrás de este lío, empujando papeles. Manny puso la "twenty-four/seven" en adicto al trabajo.
Al salir de la oficina, miró hacia el escritorio de su asistente de administración. No había pistas, dado que su horario se mantenía en el equipo.
La siguiente parada se redujo a las RUP. San Francisco tenía varios niveles de salas de operaciones, todas organizadas por especialidad, y se fue a la estación en que él trabajaba habitualmente. Mirando a través de la ventanas de cristal en las puertas dobles, vio a un manguito de los rotadores que está trabajando, y una compuesta desagradable fractura. Y aunque los cirujanos tenían máscaras y gorros, ella podría decir que ninguno de ellos era Manny.
Sus hombros eran lo suficientemente grandes como para estirarse, aún más grandes que el juego de fregaderos, y, además, la música a la deriva le hizo comprender que no se había equivocado. ¿Mozart? Ni por casualidad. ¿Pop? Por encima de su cadáver. (Igual yo :P )
Manny escuchaba acid rock y heavy metal. Hasta el punto de que, si no hubiera estado en contra del protocolo, las enfermeras habrían usado audífonos para todo el resto de la vida.
Maldita sea ... ¿dónde demonios estaba? No había conferencias en esta época del año, y fuera del hospital no hay vida. Las otras opciones eran que él se encontraba en el Commodore, ya sea por haberse desmayado de agotamiento en el sofá en su piso o en lo alto , en el gimnasio.
Mientras salía de ahí, encendió su teléfono celular y marcó al sistema de prefuntas del hospital.

-Sí, hola-dijo ella cuando la llamada fue contestada. - Quisiera la página del Doctor Manuel Manello. ¿Mi nombre? - Mierda. -Ah ... Hannah. Hannah Whit . Y aquí está mi retro-llamada.

En cuanto colgó, ella no tenía idea de qué decir en caso que él regresara la llamada, pero destacó que en el estímulo-de-el momento de pensamiento y oró para que su principal competencia realmente lo golpeara lejos del parque esta vez. La cosa era que si el sol estaba por debajo del horizonte, uno de los hermanos podría haber salido y hecho algún trabajo mental a Manny con el fin de facilitar este proceso de conseguir lo que querían.
Aunque no Vishous. Otra persona. Alguien más.
Su instinto le dijo que debía mantener al par lo más lejos que fuera posible. Ellos ya tenían una cocina de emergencia médica. Lo último que necesitaba era que su antiguo jefe obtuviera puestos en la tracción, porque su marido se pusiera territorial y decidiera hacerle una pequeña grita en su columna vertebral: Justo antes de su muerte, Manny se había interesado en más que una asociación profesional con ella. Así que, a menos que se hubieracasado con una de las Barbies con las que insistía en salir, probablemente, se encontraba aún soltero ... y la ausencia que -hace que en regla el corazón crezca más encariñado-, sus sentimientos podrían haber persistido.
Por otra parte, era tan probable que le dijera mierda por haberle mentido totalemente sobre el asunto "Muerta y enterrada".
Buen trabajo, no recordaría nada de esto.
En su final, sin embargo, temía que ella nunca iba a olvidar las próximas veinticuatro horas.



El Tricounty Hospital Equino era lo más reciente, de todas maneras. Situado a unos quince minutos lejos del Acueducto, tenía de todo, desde salas de operaciones y suites con servicio completo de recuperación, piscinas de hidroterapia y la proyección de imagen avanzada. Y contaba con personas que veían en los caballos más estado de ganancias y pérdidas sobre cuatro patas.
En el quirófano, Manny leía las radiografías de la pierna delantera de su chica, y quería ser el uno en entrar y ocuparse de los negocios: Se podía ver claramente las fisuras en el radio, pero eso no era lo que le preocupaba.
Había un puñado de fichas que se había roto, los copos afilados en órbita al final de sus largos bulbosos huesos como lunas alrededor de un planeta.
El hecho de que ella era de otra especie no significaba que no podía manejar la operación. Mientras el anestesiólogo la mantuviera segura, él podría manejar el resto. Los huesos eran huesos.
Pero él no iba a ser un imbécil.

- ¿Qué te parece?- dijo.

-En mi opinión profesional - el veterinario jefe respondió, - Es bastante sombrío.Tiene múltiples fracturas. El tiempo de recuperación va a ser extenso, y no hay garantía de que pueda incluso, reproducirse.

¿Cuál era la shitkicker?: Los caballos estaban destinados a permanecer en posición vertical con su peso uniformemente distribuido en cuatro puntos. Cuando se rompía una pierna, no era tanto una lesión sino una perra, estaba el hecho de que tenía que redistribuir su peso en libras y permanecer en pie de forma desproporcionada en el lado bueno. Y así era como llegaban los problemas.
Sobre la base de lo que estaba mirando, la mayoría de los propietarios elegirían la eutanasia. Su niña nació para correr, y esta lesión catastrófica iba a hacer que eso fuera imposible, incluso con carácter recreativo, si sobrevivía. Y como un médico, que estaba muy familiarizado con la crueldad de los médicos "salvadores" que, en última instancia, dejaban al paciente en una condición peor que la muerte, realmente, no hacían nada más que prolongar el dolor de lo inevitable.

-¿Dr. Manello? ¿Ha oído lo que dije?

-Sí. Lo hice - Pero por lo menos, este hombre, a diferencia del coño en la pista, parecía descorazonado, igual como Manny sentía.

Alejándose, se acercó a donde la había dejado a salir y le puso la mano en el tambor redondo de su mejilla. Su pelaje negro brillaba bajo las luces brillantes, y en medio de todo el azulejo pálido de acero inoxidable, ella parecía una sombra tirada, olvidada en el centro de la habitación.
Durante un largo momento, vio la caja torácica expandirse y contraerse con su aliento. Sólo al verla en la losa con las hermosas piernas acostadas como palos y su cola colgando hacia abajo sobre la baldosa, le hizo darse cuenta de nuevo que los animales como ella estaban destinados a estar sobre sus pies: Esto era totalmente antinatural.
E injusto.
Mantenerla con vida simplemente para que no tuviera que enfrentarse a su muerte no era la respuesta correcta aquí.
Preparándose, Manny abrió la boca.
La vibración en el interior del bolsillo de su traje lo cortó. Con una maldición desagradable, sacó el BlackBerry y checkeó en caso de tratarse del hospital. ¿Hannah Whit? ¿Con un número desconocido?
Nadie lo sabía, y él no estaba de guardia.
Probablemente una equivocación del operador.

-Quiero que operes - se oyó decir, cuando puso la cosa de nuevo.

El breve silencio que siguió le dio mucho tiempo para darse cuenta de que no dejarla ir golpeaba la cobardía. Pero no podía detenerse en esa mierda psicológica o lo haría perder.

-No puedo garantizar nada- El veterinario volvió a mirar los rayos X. -No puedo decir cómo va a salir, pero te juro, que haré mi mejor esfuerzo.

Dios, ahora él sabía cómo las familias sintían cuando hablaba con ellos.

-Gracias. ¿Puedo ver esta lista?

-Por supuesto. Le Voy a conseguir algo que poner, y usted sabe que el taladro es fregado, Doctor.

Veinte minutos más tarde, la operación comenzó, y Manny miró hacia la cabeza, acariciando su mechón de pelo con su mano enguantada de látex, a pesar de que estaba frío. Como el veterinario jefe trabajaba, Manny tuvo que aprobar el tipo de metodología y habilidades, que fueron casi las únicas cosas que había salido bien, porque Gloria se había caído. El procedimiento había terminado en menos de una hora, con las astillas de hueso o eliminadas o atornilladas en su lugar.
Luego, ellos removieron la pierna y la trasladaron fuera de la sala de operaciones dentro de una piscina para que no se rompiera otra pierna al salir de la sedación.
Se quedó hasta que ella estuvo despierta y luego, siguió al veterinario a la sala.

-Sus signos vitales están bien y la operación salió bien - dijo el veterinario - Pero de primera puede cambiar rápido. Y va a tomar un tiempo hasta que sepamos lo que tenemos.

Mierda. Ese pequeño discurso era exactamente lo que dijo a la familia y a otros familiares cuando llegaba el momento para que la gente se fuera a casa a descansar y esperar a ver como salía el paciente de un postoperatorio .

- Lo llamaremos - dijo el veterinario. -Con las actualizaciones-
Manny se soltó sus guantes y sacó su tarjeta de visita.

- En caso de que no lo tenga en sus registros.

-Lo hemos conseguido - El hombre tomó la cosa de todos modos. -Si algo cambia, usted será el primero en saberlo, y yo le informaré personalmente cada doce horas cuando haga las rondas.
Manny asintió y le tendió la mano.

- Gracias. Por cuidar de ella.

- De nada

Después que temblaron , Manny le devolvió el saludo atrás de las puertas dobles. - ¿Te importa si le digo un "hasta luego"?

- Por favor

Hacia el interior, se tomó un momento con su yegua. Dios ... este dolor.

-Debes aguantar, nena.- Él tenía que susurrar porque no parecía establecer una respiración completa.
Cuando se enderezó, el personal lo miraba con una tristeza que sabía que iba a seguir con él.

- Vamos a tener un excelente cuidado de ella- dijo el veterinario gravemente

Él creía que lo harían, y eso era lo único que se llevaría de vuelta al corredor.
Las instalaciones de TriCounty eran extensas, y le tomó un tiempo para cambiar y encontrar el camino a donde había aparcado en la puerta principal. Más adelante, el sol se había puesto, un brillo melocotón desvaneciéndose rápidamente iluminando el cielo como si Manhattan estuviera humeante.
El aire estaba fresco, pero fragante de primavera, con los primeros esfuerzos para dar vida al árido paisaje del invierno, y él inhaló profundamente, hasta casi desmayarse.
Dios, el tiempo había estado funcionando en una falta de definición, pero ahora, como los minutos, claramente, el ritmo frenético había agotado su fuente de energía. O eso, o que se había estrellado contra un muro de ladrillo y había caido directo a la mierda.
A medida que tomaba su llave del coche, se sintió más viejo que Dios. Su cabeza estaba latiendo y su cadera artrítica, lo estaba matando, menos que la carrera plana a lo largo de la pista de Gloria que era la forma en la que, malditamente, lo podía manejar.
Esto no era así, ¿cómo había previsto este del final día?. Había supuesto que le compraría bebidas a los propietarios y ellos a su vez ... y quizás en el color de la victoria teniendo a la Sra. Hanson para arriba en su sugerencia oral generosa.
Al entrar en su Porsche, encendió el motor. Caldwell estaba a unos cuarenta y cinco minutos al norte de Queens, y su coche podría llevar a la práctica el viaje de regreso a la misma Commodore. Menos mal que, también, porque él era un zombie maldito.
Nada de radio. Nada de música iPod. Ni gente llamando, tampoco.
A medida que estaba sobre la autopista norte, sólo pudo quedarse mirando la carretera y luchar contra el deseo de dar la vuelta y ... sí, ¿ y qué? Dormir junto a su caballo.
La cosa era, si lograba llegar a casa de una sola pieza, que la ayuda estaba en camino. Tenía una botella fresca de Lagavulin esperando por él, y que podría o no podría frenar a utilizar un vaso: Por lo que el hospital estaba en cuestión, que estaba apagado hasta el lunes a las seis de la mañana y tenía planes para obtener estado de ebriedad en el camino.
Tomando el volante forrado en piel con una mano, que hurgaba en su camisa de seda para encontrar su pieza de Jesús. Agarrando la cruz de oro, envió una oración.

"Dios ... por favor, que ella esté bien".

No podía soportar perder a otra de sus niñas. No tan pronto. Jane Whitcomb había muerto hacía un año, pero eso fue lo que, exactamente, el calendario le dijo. Con el tiempo el dolor, que había sido sólo un minuto y medio, ya había pasado.

"No quiero pasar por eso otra vez".