viernes, 26 de abril de 2013

Las Crónicas de Bane: Lo que realmente sucedió en Perú - 1885

Sigo acostada como una señora dictando órdenes desde su lecho de enferma, a quien sólo le falta un bastón o una campanita para llamar a su mucama.

Vaya que me he entretenido leyendo  y traduciendo a Bane, hasta mi risa se tornó gringa hahaha 

No creo volverme fan de estas escritoras, pero son muy amenas, y la verdad es que no sé descifrar quien escribe cada cosa, porque están muy mimetizadas. Si alguien pasa por acá que me lo explique y señale, por favor :p

Janita, otra entrada más para ti, hormiga trabajadora :p

I love u!!!


1885

La próxima vez que Magnus estuvo de regreso en Perú, estuvo trabajando con sus amigos Catarina Loss y Ragnor Fell. Resulta que Catarina tenía, además de la magia, los poderes sobrenaturales de persuasión, porque Ragnor había jurado que no volvería a poner los pies en Perú otra vez y mucho menos en compañía de Magnus. Sin embargo, los dos habían tenido algunas aventuras en Inglaterra durante la década de 1870, y la disposición de Ragnor había crecido más hacia Magnus. A pesar de esto, a cada instante mientras iban caminando por el valle del río Lurín con su cliente, Ragnor estaba enviando a Magnus pequeñas miradas sospechosas por el rabillo del ojo.

-Este constante aire de presentimiento que tienes cuando estás a mi alrededor es perjudicial e injustificado, ya sabes - dijo Magnus a Ragnor.

-¡Estuve aireando el olor de mi ropa durante años! ¡Años!- Respondió Ragnor.
                       
-Bueno, debiste haber comprado ropa más dulcemente perfumada y más elegante- dijo Magnus. -De todos modos, eso fue hace décadas. ¿Qué te he hecho yo últimamente?

-No peleen en frente del cliente, muchachos- Catarina imploró en su dulce voz- o les golpearé la cabeza con tanta fuerza, que sus cráneos se agrietarán como huevos.

 -Puedo hablar inglés, ya sabes- dijo Nayaraq, su cliente, que estaba pagando una suma extremadamente generosa.

La vergüenza descendió sobre todo el grupo. Llegaron a Pachacamac en silencio; vieron los muros de escombros apilados, que parecía una escultura gigante, un ingenioso niño de arena.
Había pirámides aquí, pero la mayoría eran ruinas. Lo que quedaba era desde hace miles de años, sin embargo, Magnus podía sentir la magia zumbando incluso en los fragmentos de color arena.

-Supe que el oráculo vivió aquí hace 700 años- anunció Magnus majestuosamente. Nayaraq parecía impresionado.

Catarina, que conocía la edad real de Magnus perfectamente bien, no lo hizo.

Magnus había empezado primero a poner un precio a su magia cuando tenía menos de veinte años. Todavía estaba creciendo en ese entonces, aun así, no se fijaba en el tiempo como una libélula atrapada en ámbar, iridiscente y eterna, pero congelada para siempre y un día en la cárcel de un instante de oro. En el tiempo que se encontraba creciendo en toda su estatura, y su cara y su cuerpo cambiaban infinitamente todos los días, cuando aún era un poco más de ser humano de lo que era ahora.

No se podía decir a un cliente potencial, quién esperaba a un mago sabio y antiguo, que éste no estaba aún totalmente crecido. Magnus había empezado a mentir acerca de su edad, y nunca  había reducido el hábito.

Se tornaba un poco embarazoso a veces, cuando se olvidó de la mentira que había dicho y  a quién. Alguien una vez le había preguntado qué cómo era Julius Caesar y Magnus lo había mirado durante demasiado tiempo, y dijo: -¿No es alto?

Magnus miró a su alrededor en la arena situada cerca de las paredes, y en los bordes agrietados del desmoronamiento de los muros, como si la piedra fuera pan y una mano descuidada hubiese arrancado un trozo a distancia. Mantuvo cuidadosamente el aire indiferente de alguien que había estado aquí antes y había estado muy bien vestido al mismo tiempo.

“Pachacamac” significaba: “Señor de los Temblores." Afortunadamente, Nayaraq no quería que crearan una. Magnus nunca había creado un terremoto a propósito y prefería no pensar en accidentes desafortunados de su juventud.
           
Lo que Nayaraq quería era el tesoro que la madre de la madre de la madre de su madre, una hermosa chica noble que vivía en el Acllahuasi; la casa de las mujeres elegidas por el sol, había escondido cuando los conquistadores habían venido.

Magnus no estaba seguro de por qué ella lo quería, porque parecía tener el dinero suficiente, pero no se le pagaba para interrogarla. Caminaron durante horas bajo el sol y la sombra, por los muros en ruinas que llevaban las marcas de tiempo y las débiles impresiones de frescos, hasta encontrar lo que ella buscaba.
Cuando las piedras se retiraron de la pared y el tesoro fue excavado, el sol golpeó el oro y la cara de Nayaraq al mismo tiempo. Fue entonces cuando Magnus entendió que Nayaraq no había estado buscando oro, en verdad se trataba de algo real en su pasado.

Ella sabía de los subterráneos debido a que había sido tomada por las hadas una vez; más esto no era una ilusión o espejismo, este oro brillando en sus manos, ya que una vez había brillado en las manos de su antecesora.

-Gracias a todos ustedes- dijo, y Magnus comprendió y por un momento casi la envidiaba.

Cuando ella se fue, Catarina dejó caer su propio glamour para revelar la piel azul y el pelo blanco, que deslumbró en la luz del sol moribundo.

-Ahora que eso está arreglado, tengo algo que proponer. He estado celosa por años sobre todas las aventuras que ustedes dos tuvieron en Perú. ¿Qué dicen de continuar aquí por un tiempo?
           
-Absolutamente- dijo Magnus.

Catarina juntó las manos.

Ragnor frunció el ceño. - Por supuesto que no.

-No te preocupes, Ragnor- dijo Magnus descuidadamente. -Estoy bastante seguro de que nadie que recuerde la incomprensión pirata sigue vivo. Y los monos definitivamente no siguen aún después de mí. Además, ya sabes lo que esto significa.

-No quiero hacer esto, y no lo voy a disfrutar- dijo Ragnor. - Me voy de una vez, pero sería cruel abandonar a una dama en un país extranjero con un loco.
           
-Estoy muy contenta de que todos estamos de acuerdo- dijo Catarina.
-Vamos a ser un triunvirato de temer- informó Magnus a Catarina y a Ragnor con deleite. -Eso significa el triple de aventura.


Más tarde se enteraron de que eran criminales buscados por profanar un templo, pero, sin embargo, que no era la razón, ni el tiempo, por el que Magnus había sido vetado de Perú.

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