miércoles, 20 de marzo de 2013

Rosa en Flor: Capítulo XXII: "Dulce y corto"

Hallo!! Al fin entrego el último capítulo de Rose in Bloom. Gracias a la madre de Nadir por entregarme este regalo de la distracción, en serio.
Ahora pienso comenzar con el libro Ballet Shoes, aunque no sé si está traducido, sólo que lo leí en inglés hahaha
O simplemente pueden darme un nombre de algún título, ¿sí? 

Cariños desde este desierto enigmático y sofocante, Rina


Capítulo XXII
Dulce y corto.

En la sala se encontró con Steve y Kitty, ya que él había ocultado a su noviecita detrás del sofá grande, sintiendo que ella tenía uno allí mismo, después de haberle apoyado y dado ánimo durante la ansiosa tarde con gran constancia y valentía. Parecían tan acogedores, cálidos y pacíficos a la sombra del alegre jarrón, que Rosa se habría deslizado silenciosamente si no la hubiesen visto y la llamado.

-Él no se ha ido. Supongo que lo encontrarás en la sala-  dijo Steve, adivinando con el instinto de un enamorado el significado de la mirada rápida que ella había echado en el perchero mientras cerraba la puerta del estudio detrás de sí.

-¡Por piedad, no! Archie y Phebe están ahí, por lo que él ha tenido la sensibilidad de entrar al santuario y esperar, a menos que quieras que vaya y lo traiga hacia afuera- añadió Kitty, acariciando el pelo rizado de Rosa y quitando las flores en el pecho, lugar donde la cabeza del tío Alec se había acostado hasta que se quedó dormido.

-No, gracias, voy a ir con él cuando haya visto a mi Phebe, a ella no le importará - respondió Rose, entrando  a la sala.

-Espera-la llamó Steve- te aconsejo que te apresures y todos nos casaremos a la vez. Estábamos listos cuando el tío se puso enfermo, y ahora no puedo esperar un día más que el primero de mayo.

-Un aviso algo corto-  se rió Rosa, observando hacia atrás con el picaporte en la mano.

-Vamos a darles todo nuestro esplendor, y hacerlo de la manera más sencilla que te guste, si sólo vas a incluirte también. ¡Piensa qué bonito! ¡Tres bodas a la vez! Darás vueltas y arreglarás las cosas porque hay un ser querido- imploró  Kitty, cuya imaginación se disparó con esta idea romántica.

-¿Cómo podría, cuando no tengo novio aun?- comenzó Rosa con el color consciente en su rostro delator.

-¡Criatura astuta! Sabes que sólo tengo que decir una palabra y tendremos a un famoso. Una y su león, no será nada para esto- exclamó Steve, empeñado en acelerar el romance de su hermano, que era demasiado lento y peculiar para su gusto.

-Él ha estado en ninguna prisa por volver a casa, y no tengo ningún apuro por dejarlo. ¡No esperes por mí!, el señor y la señora de Harry Walmers, Jr., voy a tomarme a lo menos un año menos  para componer mi mente, por lo que puedes salir tan espléndidamente como te guste y voy a sacar provecho de tu experiencia- Y Rosa desapareció en la sala, dejando a Steve clamando a causa de la perversidad de las mujeres superiores y con Kitty consolándolo  con la promesa de casarse con él  a solas en el día de mayo.

Una pareja muy diferente ocupaba la sala de dibujo, pero mucho más feliz, porque habían conocido el dolor de la separación y ahora estaban gozando de las delicias de una reunión que se prolongaría sin interrupción por el resto de sus vidas. Febe se sentó en un sillón, descansando de sus labores, pálida, delgada y desgastada, pero más bella  que antes a los ojos de Archie. Resultaba muy evidente que estaba adorando a su divinidad, porque después de colocar un escabel a sus pies, se había olvidado de ponerse de pie y se arrodilló allí con su codo en el brazo de su silla, mirando como un hombre sediento por beber sorbos largos del agua más pura.

-¿Los interrumpo si entro?- preguntó Rosa, poco dispuesta a estropear el lindo cuadro.

-No, si te detienes un minuto en el camino y me felicitas, prima, porque ella ¡ha dicho ‘sí’ al fin! -gritó Archie, saltando para ir y traerla hacia los brazos abiertos de Phebe mientras ella aparecía.

-Sabía que ella iba a recompensar tu paciencia y que iba a hacer a un lado a su orgullo cuando ambos hubiesen sido debidamente probados- dijo Rosa, poniendo la cansada cabeza en su seno con tan tierna admiración en sus ojos que Febe tuvo que sacudir algunas gotas brillantes de la suyas antes de que pudiera responder en un tono de humildad que mostró cuan agradecido y conmovido estaba su corazón.

 -¿Cómo puedo evitarlo, cuando todos ellos son tan amable conmigo? Cualquier orgullo desaparecería bajo tal alabanza, agradecimiento y deseos de amar como los que he tenido hoy, porque cada miembro de la familia se ha tomado la molestia de darme la bienvenida, para expresar su inmensa gratitud y me han permitido ser uno de ustedes. Necesitaba un muy poco empuje, pero cuando el padre de Archie y la madre se acercaron y me llamaron ‘hija’, yo les he prometido nada, excepto mostrar mi amor por ellos.

-Y por él- agregó Rosa, pero Archie parecía bastante satisfecho y le besó la mano que sostenía como si hubiera sido la de una princesa amada mientras decía con todo el orgullo que Phebe parecía haber perdido:
-Piensa lo que da ella por mí la fama, fortuna y admiración de muchos hombres mejores. No sabes lo que es para Phebe tener una espléndida perspectiva de convertirse en una de las cantantes de baladas que son tan amadas y honradas por todas partes, y todo lo deja a un lado por mí, contenta de cantar solo para mí, sin ninguna recompensa, excepto el amor.

-Estoy muy contenta de hacer un pequeño sacrificio por una gran felicidad que nunca me arrepentiré de haber dejado la música si eso hace dichoso el hogar de mi amado. Las aves más dulces cantar en sus propios nidos, ya sabes- Y Phebe se inclinó hacia él con una mirada y un gesto que claramente mostraron cómo ella se ofreció voluntariamente a todas las esperanzas ambiciosas en el altar del amor feliz de una mujer.

Ambos parecían olvidarse de que no estaban solos, y en un momento de rapto de ellos, un impulso repentino llevó a Rosa hacia la puerta de su santuario, como si el viento del sur, que parecía haber puesto en flote a esta pequeña nave también hacia las Islas de la Bendición, donde los otros estaban anclados con seguridad ahora.

La habitación tenía un resplandor de luz del sol y una enramada de frescura y fragancia de primavera, porque aquí Rosa se había permitido tener libre juego de fantasía, y cada guirnalda, helechos, y flores tenían su significado. Mac parecía haber estado leyendo esta dulce lengua de símbolos, haber adivinado por qué la pequeña imagen de Charlie estaba enmarcada en rosas blancas, y por qué pensamientos colgaban del suyo, ¿por qué Psique se ocultaba en la mitad  de los aerosoles de hoja del culantrillo, y una flor de la pasión púrpura puesto en los pies de Cupido? El último capricho evidentemente le gustó, porque estaba sonriendo, y tarareando para sí mismo como para engañar a su espera paciente, la carga del aire que Rosa tantas veces había cantado para él:

"Bella Lassie, ¿irías hacia los pájaros de Aberfeldie?”

-Sí, Mac y donde sea.

Él no la había oído entrar, y pasear alrededor, la miró con una expresión  radiante mientras él decía: exhalando un largo suspiro:

-¡Al fin! Estabas tan ocupada con el querido amigo que no crucé palabra alguna, más puedo esperar, estoy acostumbrado a ello.

Rosa se quedó inmóvil, contemplándole con un nuevo tipo de reverencia en sus ojos, y le contestó con una solemnidad dulce que le hizo reír y enrojecer con la alegría sensible de aquel a quien los elogios de sus labios era muy preciado:

-Te olvidas de que no eres el Mac que se fue. Debí haber corrido al encuentro de mi primo, pero no me atrevía a estar tan cerca del poeta al que todos comienzan a honrar.

- ¿Te gusta la mezcla, entonces? Sabes que dije que iba a intentar darte mi amor y poesía juntos.

-¡Muchísimo! Estoy muy contenta, muy orgullosa, no tengo palabras fuertes y lo suficientemente bonitas para expresar la mitad de mi asombro y de mi admiración. ¿Cómo pudiste hacerlo, Mac?- Y un rostro lleno de sonrisas se desató cuando Rosa estiró las manos, observándolo como si pudiera bailar de alegría pura.

-Se dio por sí mismo, allá arriba en las colinas, y aquí contigo, a solas sobre el mar. Podría escribir un poema celestial en este mismo instante, y escribir en primavera como te pareces a ella en ese vestido verde con copos de nieve en tu cabello hermoso. Rosa, ¿estoy recibiendo un poco? ¿Un indicio de la fama que me ayude más para obtener el premio para el que estoy trabajando? ¿Está tu corazón más dispuesto a ganar?

Él no se movió un paso, pero la miró con un anhelo tan intenso que su mirada parecía atraerla más cerca como un atractivo irresistible, porque ella fue y se puso delante de él, tendiéndole ambas manos, como si ofreciera todo de su tiendita, mientras decía con sencilla sinceridad:

-No vale la pena esforzarse tanto, pero si tú todavía deseas una cosa tan nimia, es tuya.

Él tomó las manos de ella entre las suyas y parecía a punto de tomar el resto de Rosa, pero dudó por un instante  al no creer que tanta felicidad era cierta.

-¿Estás segura, Rose, muy segura? Sin embargo, no permitas que una momentánea admiración te ciegue,  no soy un poeta aun y no de los mejores, excepto para los mortales, ¿sabes?

-No es admiración, Mac.

-¿Ni gratitud por la pequeña parte que he tomado salvando al tío? Tuve que pagar mi deuda, así como Febe, y estaba tan contento al arriesgar mi vida.

-No, no es gratitud.

-¿Ni piedad por mi paciencia? Sólo he hecho algo poco todavía, y estoy más lejos que nunca de ser como tu héroe. Puedo trabajar y esperar aún más tiempo si no estás segura, porque tengo que tener todo o nada.

-¡Oh, Mac! ¿Por qué eres tan dubitativo? Dijiste que harías que te amara, y lo he hecho. ¿Me crees ahora?- Y con una especie de desesperación, se arrojó a sus brazos, aferrándose en un silencio elocuente mientras él la abrazaba con fuerza, sintiendo con un estremecimiento de triunfo que esta ya no era la pequeña Rosa, si no una mujer cariñosa, dispuesta a vivir y morir por él.

-Ahora, ¡estoy satisfecho!- dijo de inmediato, cuando ella levantó la cara, llena de vergüenza virginal hacia la repentina pasión que la había llevado fuera de sí por un momento. -No, no escaparás tan pronto. Déjame que te mantenga durante un bendito minuto y sienta que realmente he encontrado a mi psique.

-Y yo a mi Cupido- respondió Rosa  riendo, a pesar de su emoción ante la idea de Mac en ese carácter sentimental.

Él también se rió, cómo sólo un enamorado feliz podría, entonces dijo, con repentina seriedad:

-¡Bendita alma! Levanta la lámpara y mira demasiado antes de que sea demasiado tarde, porque yo no soy un dios, sino un hombre muy defectuoso.

-¡Querido amor! Lo haré, más no tengo miedo, sólo que vas a volar demasiado alto como para que yo te siga, porque no tengo alas.

-Vivirás en la poesía, y lo voy a escribir, así que mi pequeño regalo celebrará tu ser con magnanimidad.

-No, tendrás toda la fama, y voy a estar contenta de ser conocida sólo como la esposa del poeta.

-Y voy a estar orgulloso de poseer a mi mejor inspiración que viene de la vida benéfica de una mujer dulce y noble?

-¡Oh, Mac! Vamos a trabajar juntos e intentaremos hacer un mundo mejor por la música y el amor que dejamos detrás de nosotros cuando nos vayamos.

-¡Por favor, Dios, lo haremos!- respondió él con fervor y, mirándola mientras ella permanecía allí en el sol de primavera, radiante de felicidad, esperanzas y propósitos serios que hacen la vida hermosa y sagrada, sentía que ahora la última hoja había doblado hacia atrás, el corazón de oro se exponía ante la luz, y que su Rosa había florecido.

11 comentarios:

  1. Muchísimas gracias Rina. Te estamos muy muy agradecidas Rina y Ljelka. Que encuentres pronto un nuevo trabajo. Todos los buenos deseos para tí por ser tan generosa con tu tiempo.

    ResponderEliminar
  2. T_T

    Gracias a ustedes, han sido una alegría en todo sentido. Si quieren otro, me lo comunican, yo estaré feliz de traducirlo (que no pase las 400 páginas, claro haha)

    Cariños y aprecio enormemente sus buenos deseos, yo seguiré sonriendo a la vida, besos ^^

    ResponderEliminar
  3. Hola gracias por subir esta historia completa. En mi adolescencia había leído un resumen y estuve buscando por mucho tiempo la historia completa y hasta ahora que encontré este blog lo pude leer. Muchas gracias!

    ResponderEliminar
  4. ¡No hay de qué! Ojalá me hubieses dejado tu correo, que te enviaba el word de inmediato.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Hola! Gracias por compartirlo, lo leí cuando tenia 10 años fue mi primer libro y no tienes idea de la alegría que me has causado al volver a leerlo, lo busque pero aquí en mi país nunca lo encontré, y aunque no me lo creas mi mama me lo quemo porque lo leí en un día y desde ese momento no he dejado de leer libros, en serio gracias, saludos dese Honduras.

    ResponderEliminar
  6. Buenas noches:
    Te creo, a mi madre nunca le gustó mucho que fuese tan aficionada a la literatura, aunque debo reconocer que no llegó a ese extremo.
    Ojalá me hubieses dejado tu correo, te habría enviado el PDF.
    Gracias por comentar y saludos desde Chile :)

    ResponderEliminar
  7. WOW muchas gracias Rina!! me encanto volver a recordar 8 primos y leer rosa en flor!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leer todo. Si quisieras el pdf, yo te lo envío. Voy a actualizar mi correo y mi nombre, adiós al Rina haha
      Saludos, otra lectora de Louisa May Alcott (¡Tremenda escritora)

      Eliminar
  8. Gracias!No sabes todo lo que busque este libro, la verdad me gustaria que me envies el pdf si es que lo tienes, seria la perosna mas feliz del planeta! xoxo

    ResponderEliminar
  9. Te agradezco esta traducción,que me hizo retroceder a mi adolescencia,cuando una de mis autoras favoritas era Louise May Alcoot

    ResponderEliminar