Desde niña escuché decir que el agua es un bien común de todos, que no se le niega a nadie.
A medida que fui creciendo, pude comprobar que este hecho, a pesar de tener matices de verdad, en la práctica, no es algo con lo que todos cumplen. Si bien es un derecho por el cuál cada individuo no tendría que recorrer 40 mil millones de horas cada año, cómo sucede en áfrica.
¿se imaginan si en vez de dar diez pasos hacia nuestras cocinas para beber agua tuviésemos que caminar varios kilómetros y por un agua que, más encima, no es potable cómo la que cada chileno consumimos a diario?
Eso es lo que hacen varias mujeres y niños cada día. Exponiéndose a tantos peligros, cómo el hostigamiento y los atentados sexuales.
Lo correcto sería que esas mujeres tuviesen un mejor porvenir y que esos pequeños niños se estuviesen educando.
En chile, el agua se privatizó hace doce años más o menos. Mensualmente se pagan sumas que van desde los 20,000 pesos chilenos (40 dólares, apróximadamente) hasta la cantidad excesiva de 500,000 pesos chilenos (1,000 dólares, apróx.), dependiendo de los ingresos económicos de cada familia
Según leí, tan sólo al donar 20 dólares una persona podría tener agua potable durante 20 años.
Mientras nosotros malgastamos gotas de agua que para ellos es un bien preciado y completamente necesario.
El agua potable es tan indispensable para la vida, ¿cómo una persona puede sentirse digna si no posee lo más básico?
El 80% de las enfermedades matan a más personas al año que todas las formas de violencia, incluyendo la guerra.
El 90% de las 42.000 muertes ocurren cada semana por la ausencia de agua potable, causando la muerte, sobre todo en niños menores de cinco años de edad. Ya que ellos no poseen la fuerza necesaria para luchar contra enfermedades, tales cómo, la diarrea, la disentería, entre otras.
Si se mejora el abastecimiento de agua y las condiciones de saneamiento se optimizan, muchas enfermedades a nivel global, podrían ser prevenidas.
Es hora de devolverles la dignidad a esas mujeres, que luchan día a día por su gente.
¿se imaginan todo lo que podrían ellas hacer teniendo este recurso a la mano? ¿cómo podrían contribuir a la mejor alimentación y salud de sus hijos?
Brindémosles a los niños la posibilidad de invertir su tiempo en estudios, en ser niños que disfrutan de su infancia y que no deberían estar recorriendo millas por algo a lo que todos en el mundo deberían tener libre acceso
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