miércoles, 25 de abril de 2012

El Legado de Los Colter [V - VI]


Leticia, al fin terminé mi deuda contigo haha
¿No te parece fabuloso? Ahora sabrás que aunque tarde, cumplo con mis compromisos y eso me devuelve el alma al cuerpo :p

Si necesitas algo más, dime y yo lo haré.





                                              
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   Capítulo V

Ryan se sentó detrás de Holly, sus brazos rodeándola, las manos descansando sobre su vientre.  Holly se recostó en su pecho con  la espalda apoyada en su pelvis. Él movió una mano para empujarle el pelo de la cara mientras otra contracción se apoderaba de su cuerpo.

Ella se estremeció en sus brazos, y eso era  todo lo que no podía permitir, que el miedo eclipsara a todo lo demás.

Cuando él había regresado a la casa después de haber ejercitado a los caballos, no había sido capaz de encontrarla en ninguna parte. En ese momento, toda una serie de escenarios terroríficos pasaron por su mente. Locas, ideas locas, pero que lo habían asustado, no obstante.
Su ex marido se había escapado de la cárcel o tal vez, había contratado a otra persona para matarla.
Atrajo los recuerdos de la noche que había permanecido indefenso en el suelo, mientras que Holly lo había sostenido. Su incapacidad para salvarla, el hecho de que él le había fallado cuando más lo necesitaba.
Cerró los ojos y enterró sus labios en su pelo. El aguijón de lágrimas  le quemó los párpados, y respiró hondo para tratar de mantener el control de sus emociones. No se derrumbaría. No ahora. No cuando ella lo necesitaba para ser fuerte. Él no le iba a fallar otra vez.


-Respira, cariño. Respira profundamente. Eso es todo – la animó Adam.



Adam se  colocó entre sus piernas mientras Ethan se cernía sobre su hombro.



-Oh, Dios mío, me duele-  gritaba.



Su espalda se arqueó y Ryan pudo sentir la tensión en su cuerpo, como una banda elástica a pleno rendimiento.



-Estás coronando, cariño. Ya casi estamos allí. Cierra la boca. Respira por la nariz y luego, bota  y puja. Puja largamente. Vamos a ver a nuestro bebé.



Bajo la dirección calmada de Adam, ella se tranquilizó. Ryan pudo sentir su succión en una respiración profunda.



-Eso es todo, amor - le susurró al oído  Ryan.

 Las manos de Ryan sostuvieron el vientre, tratando de infundirle su fuerza dentro de ella.



-¡Eso es! -Dijo Adam con voz emocionada. -Vamos, nena, puja una vez más. Puedes hacerlo. 



Un chirrido agónico salió de la garganta de Holly y Ryan sintió dolor por ella. Le dolía. Sentía  su esfuerzo, lo vivía con ella. Dios, le gustaría poder cargar con su dolor. Haría cualquier cosa porque  no sufriera así.



-¡Aaaah!


-Está bien, descansa un minuto- la  instó Adam. – La cabeza está afuera. Esa es la parte difícil. Permítanme succionar y después, vamos a trabajar para conseguir que nuestro bebé  siga  el resto del camino hasta aquí.
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Ryan miró hacia abajo para ver una amplia sonrisa  en la cara de su hermano mayor. Detrás de él, Ethan se levantó, su rostro iluminado  de admiración, por el asombro.



-Tengo que pujar de nuevo, Adam.



Había pánico en su voz, como si ella no estuviera muy segura de lo que debería estar haciendo. Ryan le besó el pelo y le frotó el vientre con las manos, con ganas de hacer algo que le  ofreciera comodidad.

Adam se acercó y apretó una de sus manos. -Ve y puja, cariño. Puja una vez más y vamos a lograrlo. 



Holly arqueó la espalda una vez más y  tensó todos los músculos de su cuerpo. Luego se relajó, al igual que un globo marchita. Ella volvió a caer en sus brazos, como un fideo. Respiraba entrecortadamente, su pecho subía y bajaba por el esfuerzo.

Ryan miró hacia abajo una vez más y miró a los ojos a su hermano.


-Es un niño-  susurró Adam. - ¡Tenemos un hijo!



Una lágrima rodó por la mejilla de Ryan y se apresuró a encogerse de hombros y limpiarse como si se quitara una basura de su ojo.



Ethan llenó  el lugar y se retorció, mientras Adam le entregaba algo resbaladizo.



-¿Puedes  hacerte cargo  del cordón umbilical? - Le preguntó Adam. -Voy a tener que asegurarme de que expulse la placenta.



Ethan fue reverentemente hacia el bebé llorón, las lágrimas brillaban en sus ojos también. Los tres hermanos intercambiaron miradas, sus ojos llenos de emoción. Ryan le apretó en sus brazos, la fiebre del amor que sentía por ella era tan fuerte que era  todo lo que podía hacer para contenerse.

Ethan cortó y ató el cordón, después envolvió en una manta al bebé. Se acercó y suavemente depositó  el bulto en los brazos extendidos de Holly.



Ryan obtuvo el primer vistazo de su hijo. Holly lo acunó en sus brazos, sus dedos ligeramente exploraban su carita y sus dedos.



-Es hermoso- susurró, su voz cargada de emoción.



Ryan se sentó allí, sosteniendo a los dos en sus brazos. Tomó todo lo que importaba allí mismo, cerca de él, contra su corazón. Otra lágrima rodó por su mejilla, y esta vez, no la limpió.

-Te quiero-  se atragantó sobre su cabello.



Ethan se inclinó para besar  a Holly, entonces bajó la cabeza para besar la frente del bebé. –Gracias - le susurró Ethan. - Él es absolutamente hermoso.



Holly  volvió el rostro hacia él y  hacia Ethan. -¿No es cómo esperabas?



Dio la vuelta al bebé en su pecho, le ofreció su pezón. Después de unos momentos enraizando y  acariciando al  bebé, Holly consiguió su cometido. Pronto estaba felizmente alimentado.


Sonaron pasos en la sala y un segundo después la partera entró. Ella apareció en escena y después le dijo a Holly. -Bueno, yo diría que todos lo hicieron muy bien sin mí.
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Ella  se movió más y tomó el control de la situación. Alejó a los hombres, dando a cada uno una tarea diferente, asegurándoles que podrían volver tan pronto como hubiese tenido la  oportunidad  de limpiar a la madre y al bebé.

 Capítulo VI


Holly  yacía en una cama limpia,  con una bata limpia y su bebé en sus brazos. La partera  la había mimado, limpiándola a ella  y al bebé y controlado que ambos estuviesen perfectamente.

Se sentía cansada. Exhausta, de verdad. La partera había envuelto su tobillo, y  le advirtió que se quedara acostada por varios días. No es que Holly planeara salir de la cama pronto. Ella podría dormir durante una semana.

Pero nunca había sido más feliz que en ese momento.

La partera salió, diciendo que pasaría a ver cómo estaban ella y el bebé al día siguiente. Inmediatamente después, los chicos fueron a ver a Holly.


Rodearon la cama, estando a su lado, pero teniendo cuidado de no empujarla.

Miraron con asombro a su bebé, cada uno tomando turnos para tocar su mejilla o sus deditos.



-Es hermoso - susurró Ethan reverentemente.



Ryan pasó un brazo por sus hombros y la abrazó contra él.  -¿Estás bien? ¿Cómo  te estás sintiendo? 



-Sí, cariño,  ¿Cómo te sientes?- Le preguntó Adam,  con la preocupación oscureciendo sus ojos.



Su pecho se apretó. Las lágrimas nadaron en sus ojos mientras veía la escena que tenía delante. -Estoy bien - se atragantó. -Nunca he estado mejor.-  Y era la verdad. ¿Cómo  es que en su vida,  hasta ese momento, no se había sentido mejor? Nada sería tan perfecto otra vez.



Esta imagen se conservaría para siempre en su memoria. Tan asustada como ella había estado, ahora que todo había terminado, no podía imaginar un mejor desenlace. Sin  un ambiente hospitalario estéril. Sin extraños que trajeran a su hijo al mundo. Sólo los hombres a los que amaba más que a la vida. En la forma en que debería ser.

Miró a Ryan, que todavía estaba estudiando al bebé con una expresión similar a la del rapto. -¿Quieres cogerlo? Eres el único que aun no lo ha hecho. 



-Me encantaría- dijo con voz ronca.



Levantó el bulto, y  abrió  sus grandes manos en torno al pequeño bebé.  Lo acunó en su pecho y miró con fascinación como su hijo abría los ojos.



-¿Vamos a ponerle el  nombre? - Preguntó Ethan.



-Seth - dijo Holly. -Me gusta el nombre Seth.


-Seth Colter. Es un buen nombre - dijo Adam, con los ojos ablandándose cuando se encontraron con los de  Holly. -Gracias.

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Ella ladeó la cabeza, sonriéndole. -¿Por qué?



- Por nuestro hijo, por amarnos. Por comprendernos -  replicó él.


Se le hizo un nudo en la garganta, y por un momento, no podría haber hablado si así  lo hubiese querido. Luchó para procesar la oleada de emoción que se afirmó y creció dentro de ella.

 De repente, era demasiado y no  era suficiente, todo al mismo tiempo.


Estaba a salvo, era muy querida, amaba con todo su corazón. Ella estaba en casa.

2 comentarios:

  1. Ey el que hayas terninado no quiere decir que te deshiciste de mi ehhhhhhhh y me alegra que recuperaras el alma... exagerada!!!
    y si te tomo la palabra.. ya se en que tevoy a molestar pero primero que nada GRACIAS!!! por tus madrugadas y tu ciberamistad... Leti

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  2. :O Pero si no impliqué eso en mis palabras ¬¬

    jajajaja Si ya reconociste un aspecto importante de mi personalidad, estamos bien. Me encanta la tragedia y en exagerar, soy la reina :p

    No molestas para nada, ni tú ni nadie, la verdad =)

    Ya te mencioné que los que me hacen un bien son ustedes, me agrada conocer gente que si vale la pena, eso se agradece siempre, Leti, de verdad y si de gracias hablamos, pensemos en que las gracias son las que nos adornan, así que estamos en paz :p

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