miércoles, 8 de mayo de 2013

Las Crónicas de Bane: Lo que realmente sucedió en Perú - 1962

¡El último Janita! ^^

Gracias por darme un motivo para distraer mi mente en estos momentos feos de mi vida y te prometo que cuando salgan los otros, te los dejaré por igual.

Sin ustedes me iría a la mierda (algo así como la situación de mi equipo hahahaha aunque yo jugaría mejor ¬¬ ), son mi cable a tierra....

En verdad, conseguí encontrar a personas que no juzgan y que saben ver qué hay detrás de mi coraza de hierro. Aunque, ¡Vamos! Ni una vez admitiré ser tierna hahahaha ¡Eso no!

Te quiero Janita, cuídate y sigo creyendo que tu bebé hizo que ganaran hahaha Cuídate ^^

Pd0: Compren el libro si sale en español ¬¬

Pd1: Aunque no sepa nada más de la Clare, me reí mucho con Magnus :p


1962

Magnus se paseaba por las calles de Cuzco, mientras pasaba por el convento de La Merced y  bajaba por la calle Mantas oyó la voz de un hombre. Lo primero que él notó fue la voz nasal, lo siguiente que notó fue que estaba hablando inglés.

-No me importa lo que digas, Kitty. Yo sostengo que podríamos haber conseguido un autobús hacia Machu Picchu.

-Geoffrey, no hay autobuses a Machu Picchu desde Nueva York.

-Bueno, en realidad- dijo Geoffrey después de una pausa. -Si la National Geographic Society se va a poner en un lugar infeliz en su trabajo; puede ser que al menos hayan organizado un autobús.

Magnus fue capaz de detectarlos entonces abriéndose camino a través de los arcos que se alineaban en la calle una vez que estuvo más allá de la torre del campanario. Geoffrey tenía la nariz de un hombre que nunca se callaba. Se estaba pelando en el calor del sol y el aire árido, y los bordes de los una vez nítidos pantalones blancos se estaban marchitando como una triste flor muriéndose.

-Otra cosa aquí son los indígenas- dijo Geoffrey- Tenía la esperanza de que podríamos conseguir algunas fotos decentes, esperaba que fueran mucho más coloridos, ¿sabes?
           
-Es casi como que ellos no están aquí para su entretenimiento- dijo Magnus en español.

Kitty dio una vuelta al oír el sonido, y Magnus vio una pequeña cara burlona y el pelo rojo rizado debajo del ala de un sombrero de paja muy grande. Sus labios se arrugaron también.
Geoffrey se volvió cuando ella lo hizo.

-Oh, bien capturado, anciana- dijo- Ahora, él es lo que yo llamo ‘colorido’

Eso era cierto. Magnus llevaba más de una docena de pañuelos, todos en diferentes colores y cuidadosamente vestido para arremolinarse a su alrededor como un arco iris fantástico. Sin embargo, él no estaba muy impresionado por la capacidad de observación de Geoffrey, como Geoffrey aparentemente incapaz de imaginar que cualquier persona de piel morena, posiblemente, podría ser un visitante como él.

-Digo, amigo, ¿quieres tomar una foto?-preguntó Geoffrey.

-Eres un idiota- le dijo Magnus sonriendo alegremente.
Magnus estaba hablando en español. Kitty se atragantó con una carcajada y la convirtió en una tos.

-¡Pregúntale, Kitty!- Dijo Geoffrey, con el aire de alguien que ordenaba a un perro hacer un truco.

-Me disculpo por él- dijo en español entrecortado.

Magnus sonrió y le ofreció el brazo con un floreo. Kitty saltó las losas, usadas tan suave por el tiempo que la piedra era como el agua, y se apoderó de su brazo.

-Oh, encantador, encantador. A madre le encantaría ver estas fotos- dijo Geoffrey con entusiasmo.

-¿Cómo se pasa el día con él?-Preguntó Magnus.

Kitty y Magnus brillaban como  actores, dentudos, extáticos, y totalmente sinceros.

-Con un poco de dificultad.

-Permíteme ofrecer una propuesta alternativa- dijo Magnus entre los dientes cerrados de su sonrisa. -Huye conmigo, ahora mismo. Va a ser la aventura más increíble, te lo prometo.

Kitty lo observó fijamente. Geoffrey se dio la vuelta, en busca de alguien que pudiera tomar fotos de todos ellos juntos. A espaldas de Geoffrey, Magnus vio que Kitty comenzaba lentamente y con deleite, a sonreír.

-Oh, está bien. ¿Por qué no?

-Excelente- dijo Magnus.

Se dio la vuelta y cogió su mano y se echaron a correr, riendo juntos por la calle soleada.

-¡Será mejor que nos vayamos muy rápido! -Gritó Kitty con voz entrecortada mientras corrían- ¡Él va a notar muy pronto que me robé su reloj!

Magnus parpadeó. -¿Perdón?

Se oyó un ruido detrás de ellos. Sonaba como un preocupante alboroto. Magnus estaba, a través de casi cualquier culpa suya, poco familiarizado con el sonido de la policía convocada y también de los sonidos de una persecución.

Empujó a Kitty hacia un callejón. Ella seguía riendo y soltando los botones de su blusa.

-Probablemente les llevará un poco más- murmuró, los botones de perlas de la madre fueron suficientes para mostrar una riqueza repentina de destello de esmeraldas y rubíes- para darse cuenta de que también me robé todas las joyas de su madre.

Ella regaló a Magnus una pequeña sonrisa descarada. Magnus se echó a reír.

-¿Te has encontrado con muchos hombres ricos insoportables?

-Y sus madres- dijo Kitty-Probablemente podría haberlos timado por toda la fortuna de la familia, o al menos la plata, pero un hombre guapo me pidió que huyera con él, y pensé, ¡Qué demonios!

El sonido de la persecución estaba más cerca.

-Vas a estar muy feliz por haberlo hecho- le dijo Magnus- Desde que me mostró las tuyas, creo que es justo que te muestre las mías.

Chasqueó los dedos y asegurándose de hacer chispas azules para impresionar a la dama. Kitty era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de lo que estaba pasando, tan pronto como uno de los primeros perseguidores miró por el callejón y siguió corriendo.

-No nos pueden ver- suspiró ella- Nos convertiste en invisibles.

Magnus arqueó las cejas e hizo un gesto de presentación. -Como puedes ver- dijo –y ellos no.
Magnus había visto seres humanos sorprendidos y asustados y asombrados por su poder; Kitty se arrojó en sus brazos.
           
-Dime, apuesto extraño- dijo ella-¿Cómo te sentirías acerca de una vida de crimen mágico?

-Suena como una aventura,- dijo Magnus- pero prométeme algo; promete que siempre vamos a robar a los irritantes y gastaremos el dinero en alcohol y baratijas inútiles.

Kitty le dio un beso en la boca- Lo juro.

Se enamoraron, ni siquiera por un curso de vida mortal, salvo para un mortal verano, un verano riendo, corriendo y siendo buscados por la ley en varios países.
           
Al final, el recuerdo favorito de Magnus de ese verano fue una imagen que nunca había visto: la última imagen en la cámara de Geoffrey, de un hombre trayendo colores brillantes y una mujer escondiéndolos debajo de una blusa blanca, ambos sonriendo porque sabían que era una broma que él no compartía.

Magnus giró repentinamente hacia una vida de crimen; sorprendentemente suficiente, más no era tampoco la razón por la que fue expulsado de Perú. El Consejo Superior de brujos peruanos se reunió en secreto y  envió una carta a Magnus varios meses después de anunciar que había sido expulsado de Perú bajo pena de muerte, por "crímenes abominables."
A pesar de sus investigaciones, nunca recibió una respuesta a la cuestión del por qué había sido expulsado. Hasta el día de hoy lo que fuese que en realidad había promovido su prohibición de entrar a Perú es, y tal vez, siempre seguirá siendo un misterio.

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