A finales del año pasado un... debo llamarle amigo, no encuentro otra forma de mencionarle mejor que esa...
... un amigo me preguntó una noche si era capaz de definirme en cinco palabras. Fue algo curioso para mí que sacara a relucir de su caja de pandora este conocimiento de psicología que me mostró esas cuatro horas compartidas; más no se esperaba un detalle: nací pilla, así que seguí su juego. No quería definirme, por lo que dejé que él me guiara en el "autodescubrimiento" de mi ser... debo confesar que tanto juego mental me llevó a la conclusión de lo que él significaba para mí.
He puesto entradas para mi amigo antes, más de las que una persona fría y que dice que el corazón es sólo un músculo bombeando sangre, podría haber soñado con escribir.
Hace un rato, leí como una persona se describía y me hizo recordar que cuando pequeña, aún en lo más oscuro del bullying era una creyente... en casi toda la expresión de la palabra (salvo la religiosa)... tenía inocencia en mis actos. No los premeditaba como mi conversación con el chico que me enamoró. La de esa noche parecía una Scully negándose a la realidad de que hay cosas que en la oscuridad aparecen para hacernos enfrentar a lo peor de nosotros.
Yo me enfrenté a mi mayor temor. No salí herida mayormente, pero han pasado muchos meses en los que me he sentido bloqueada. Hice éste blog pensando que me dedicaría sólo a traer de vuelta a mis autores favoritos de literatura y música... no sabía que un día las palabras me iban a faltar... que la necesidad de poner mis pensamientos por escrito se iba a evaporar.
Hoy, por primera vez en meses, me siento como esa niña que un día fui, aquella que por intentar disculpar a quiénes la dañaban se inventaba la idea de que quién hiere también sufre... aquella que devoraba libros de psicología para comprender a los compañeros de colegio que la hacían notar lo poco que el universo había conspirado para traerla a la vida.
Hoy salió la niña que abrazaba sólo a su abuela de pequeña y siento que en verdad puedo llegar a ser amada. Mi búsqueda no resultó finalizar por esa definición de cinco palabras que él dio de mí sin pensarlo, esperarlo, ni quererlo... se terminó porque dio su inicio.
Fue la intimidad que compartí a su lado la que me dio la respuesta a una pregunta que tanto ansiaba descubrir... una pregunta que supongo me plantearé en otra ocasión.
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